Nuestros amigos de Knapanee, la ciudad amish |
Por la noche acudimos a una taberna a probar la cerveza local. Descubrimos, entre otras cosas, la suerte que tenemos de haber nacido en Europa, el continente de la cerveza que sabe a algo. Sin embargo, subir, suben todas igual y en pleno momento de exaltación de la amistad, entablamos conversación con un ex-amish y su mujer, ex-amish también...durante las siguientes 2 horas. Probablemente debimos ser la mejor atracción que pasa por allí en años, porque acabaron dedicándonos un. Billete de 20 $, dánldonos su Facebook, y faltó poco para que acabásemos alojados en su casa, desayunando comida amish y casados con sus hijas (y eso último no es una exageración literaria).
Por la mañana hemos desayunado hasta casi reventar unas tortitas con sirope y huevos, y luego hemos acudido a la feria amish. No hemos visto muchos, porque debía ser la hora de ir a misa, pero nos conformamos con escuchar un concierto country sentados en balas de heno, y ver al auténtico Dr. Barth, que tras un número de magia y de ventrílocua, nos vendía el "autentic health tónica" por un dólar. Nos faltaba sólo coger el coche y pasearnos entre sus granjas, y ver a los niños amish vestidos con tirantes y traje salir de misa.
Basta de historias, porque estamos entrando en Chicago. Acabamos de pagar el peaje del puente, y se ve a lo lejos el centro plagado de rascacielos. Hoy será un día largo, en concreto de 25 horas. Hoy, a esta misma hora, hace una hora, estábamos entre los amish. ¡Viva Chicago!
jopé que guay!!!! con los amish!!!! siempre me han encantado las pelis de amish!!!!! ahora mismo me muero de la envidia!!!!!!
ResponderEliminarYa me lo imagino como la peli de unico testigo!!!! fran espero que te hayas quedado con muchas historias que ya sabes que tengo mil preguntas sobre los amish!!!!
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